La bandera ondea en este recinto acompañada de ese tono majestuoso del instrumento tocado con el amor que un muchacho puede dar y el canto nutrido de aves; dejando tras de sí, un espacio sublime para llenar de amor todo un ámbito musical hermoso perdido en las latitudes frudianas del ser humano.
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La bandera ondea en este recinto acompañada de ese tono majestuoso del instrumento tocado con el amor que un muchacho puede dar y el canto nutrido de aves; dejando tras de sí, un espacio sublime para llenar de amor todo un ámbito musical hermoso perdido en las latitudes frudianas del ser humano.
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